Y siguiendo esta línea de pensamientos, nos propusimos tener un episodio sin sobresaltos, sin corridas, sin guiones que nos aten ni operadores que nos corran. Un programa sin hoja de ruta, donde cualquiera se tome el tiempo que quiera para hablar y no haya que andar haciendo señas circulares con los dedos. Son esos días donde uno pretende parar la pelota, a lo Róman Riquelme, y tocar hacia atrás. Seguro.
El numero 22, golpea nuestra puerta. Dos dígitos que se asocian rápidamente con el loco, al cual aprovechamos para mandarle un fuerte abrazo y desearle una pronta recuperación. Sin embargo, nosotros preferimos asociar esta cifra a la cajita de fósforos de los patitos (creo que son 222, pero no importa). Esos cuerpecitos con cabecitas coloradas que se calientan de nada y están a punto de extinguirse por las cocinas con chispero. A ellos, va dedicado nuestro programa. Probablemente van a decir que estamos drogados. ¿En qué cabeza cabe dedicarle un capítulo a los fósforos? Y la verdad es que sí. Ante tanto quilombo mundial, parece ser que no hay mejor remedio.
¿Qué tenemos hoy en La Boite? No tengo idea la verdad. No jodan, sólo apoyen su orejita sobre la radio y rían.
Pasen a La Boite señores... la mesa esta servida.
El Toro.-