El último episodio de esta saga quizá salió algo desprolijo por los nervios pero fue dominado por una emoción que se pudo palmar momento a momento en el estudio. Personalmente tengo que decirles que fue difícil despedirme tanto de mis compañeros como de los oyentes. No quería que el programa termine más. Fue una sensación que me cuesta describir. También disfrutamos de una charla distendida con los chicos de Vagantes, que luego terminaron con un acústico digno de recordar. Muchas gracias a ellos...
No voy a volver a repetir mi discurso final. Muchas gracias a todos y ojalá empiecen el 2009 con el pie derecho. Ya nos estaremos encontrando en menos de lo que esperan...
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